Hoy os dejo esta reflexión que a muchos muchos ya habréis experimentado, algunos de forma consciente y todos, casi sin querer, en muchos momentos y aspectos cotidianos de nuestra vida también, pero sin prestarle la atención adecuada. Pues bien, de lo que trata esta reflexión es de tomar consciencia de esos momentos, disfrutarlos plenamente y trasladar esa “conexión” al resto de ámbitos de nuestras vidas y veremos como la felicidad no está tan lejos como creemos y que no necesitamos tanto como nos hacen creer. Espero que os guste y ayude.
El ser humano siempre está buscado la felicidad. Para conseguirla, lo único que hay que hacer es conéctate contigo mismo, con tu alma, con tu esencia, con todo aquello que haces en la vida y te hace sentir bien.
El objetivo en la vida no es imitara lo que otros hicieron, puede que a veces se parezca, pero el prisma y el filtro es siempre otro, sino lo hacemos así estamos errando el tiro y nos frustraremos porque ese era el objetivo de otro no el propio, siempre hay matices que nos diferenciaran. Tu objetivo es sacar todo tu potencial, todo lo que tu alma puede dar y por lo que es única. No existe otra igual a ella en el mundo y no debes desperdiciarla . Creer en las infinitas capacidades que tiene es el acto más valiente que puedes hacer.
Uno de los actos más valientes que hacemos a diario es precisamente la búsqueda de la felicidad, y ¿Sabes cuándo eres feliz? Cuando te conectas con la esencia de tu alma. Las personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte, aseguran que cuando estaban a punto de cruzar al otro lado lo único que sentían era un amor inmenso que lo llenaba todo, pues ese amor es la Fuente. Ese amor es el lugar del que venimos y al que regresamos cuando dejamos aquí este cuerpo. Y es ese amor, esa sensación, esa paz, la felicidad que siempre estamos buscando. Volver a la Fuente, regresar a ese estado primitivo de inicio y de fin de vida, de amor incondicional lo que siempre estamos buscando. Es esa conexión, ese estado de gracia , lo que nos hace recobrar el sentido y el propósito de la vida. Pero no hace falta morir para conectar con nuestra esencia y con la fuente, porque lo puedes hacer cada día. Puedes conectar a través de las relaciones con otras personas, a través de la lectura, de la música, del baile, de un lugar maravilloso, de un segundo reflexivo donde parece que has parado el universo y eres capaz de atrapar ese gozo. Todo es un estado del alma, el de la plenitud, aunque sea por un instante, si pones la conciencia y atención en ello.
La vida como cualquier creación artística, requiere de una intención para conmover y crear emociones como en cualquier obra de arte. Pues si lo que quieres es ser feliz, si este es tu deseo, hagas lo que hagas, hazlo siempre con el corazón, no se trata de ir regalando flores, al no ser que sea eso lo que realmente te hace feliz, porque hay muchas decisiones complejas y duras en la vida. Se trata de ser siempre sincero y honesto contigo mismo. Escucha a tu alma, tu esencia. Y lo más importante es conectarse, sin la conexión con la Fuente no serás capaz de crear nada que te haga feliz. No te desanimes porque todos somos capaces de hacerlo, no hace falta pensar mucho para encontrar algo en nuestras vidas que conecta con nuestra esencia más profunda, nos llena de felicidad y crea el vínculo con la fuente. Es un ejercicio sencillo, cierra los ojos y prueba…. ahora que ya lo tienes, ¡¡ viene el reto!! traslada esa emoción esa sensación a todo lo que hagas y sigue buscando, porque hay pequeñas y grandes cosas en tu vida que te dan esa conexión.
Conéctate cada día, habla con la Fuente, siente su presencia, su calor, siente como te arropa y todo el amor del que procedes y sobre todo la fuerza que ello te da. Siente que formas parte de un todo, mas grande y absoluto. No pides ni reclamas nada porque formas parte de ello y eres tan importante como el todo. Y es sólo a través de ti donde la fuente se crea y manifiesta. Sin ti nada tendría sentido, no existiría el Universo, ni ninguna de las maravillas que nos rodean. La Fuente se dividió para poder dar y recibir, para poder seguir existiendo en cada uno de nosotros y en todo lo que nos rodea.
¿Ves ahora lo importante que es hacer todo aquello que te haga feliz? Desde lo cotidiano a lo extraordinario, no esperes más, creer en las infinitas capacidades y posibilidades de tu alma, eres único y divino a la vez. Eres parte de la Fuente, y del universo que te rodea y por ello tienes todo su potencial. Formas parte de un plan más grande que espera que cumplas con tu parte. ¡¡ Se Feliz!! Sé realista y pide lo imposible, pero por el camino no olvides la realidad de lo que realmente te hace feliz y mantener la conexión con tu casa, con tu verdadero hogar de donde todo procede y donde al final de tus días todos llegaremos, es la única forma de que no te frustres y alcances ese estado de gracia que es la felicidad.